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El pasado domingo, 13 de noviembre, tuvo lugar en el “Cerro de Cantazorras” de Arévalo una actividad medioambiental organizada de forma conjunta por las siguientes entidades: Excmo. Ayuntamiento de Arévalo, Life Duero (Confederación Hidrográfica del Duero), Plastic Omnium, Galérida Ornitólogos de Ávila, Fundación Anura y “La Alhóndiga”, Asociación de Cultura y Patrimonio.

Un nutrido grupo de participantes partieron en coches particulares hasta la explanada del cementerio de Arévalo y desde allí, en un breve paseo, se acercaron hasta el paraje conocido como “Cerro de Cantazorras”. En el trayecto varios grupos de grullas, en formación de cuña, realizando su periplo migratorio, además de un milano real y otras aves, sobrevolaron por encima de las cabezas de la comitiva.

Llegados al lugar se realizó una breve explicación introductoria, poniendo de manifiesto la enorme importancia botánica de este paraje, por la existencia de Malvella sherardiana, una planta endémica en peligro de extinción y cuya existencia solo se ha constatado en “Cantazorras” y en otras tres localizaciones de la Península Ibérica. Es por esta circunstancia por lo que se ha solicitado a las administraciones pertinentes para que declaren este espacio como “Microrreserva de Flora Vascular” para su protección.

Tras las pertinentes explicaciones se procedió a la recogida de basura que había en el entorno. Todo tipo de desperdicios que el incivismo humano ha ido depositando a lo largo de los años: botes, botellas, calzado, plásticos, neumáticos, cartuchos, vidrios, ropa, etc., sin contar con cascotes o restos cerámicos que había allí depositados. Teniendo, durante la recogida de esta variada y dañina basuraleza, cuidado de no remover el suelo para evitar dañar plantas, sus semillas o sus raíces. La empresa Plastic Omnium proporcionó a los asistentes de guantes de protección y de bolsas para almacenar la recogida.

Antes de finalizar la actividad se dieron unas breves explicaciones sobre el espacio geográfico en que se asienta el Cerro, los hallazgos arqueológicos del periodo calcolítico descubiertos en la zona y sobre la toponimia de este importante emplazamiento.
Desde lo alto del cerro también pudieron obtenerse muy buenas panorámicas de Arévalo, del río Adaja y de varios pueblos del contorno: antigua Universidad y Tierra de Arévalo. Con los tonos característicos del otoño, especialmente en el corredor fluvial.

Finalmente se procedió a disfrutar de un variado refrigerio proporcionado por el Ayuntamiento de Arévalo y por Confederación Hidrográfica del Duero. Asimismo Plastic Omnium hizo entrega a todos los participantes de un obsequio.

Entre los asistentes se encontraban el concejal de Medio Ambiente, Julio López, y la concejala de Cultura, María Luisa Pérez.

Una mañana muy agradable en la que un importante número de personas de forma desinteresada y altruista, intentan enmendar el daño y el desprecio de personas incívicas hacia el entorno que nos rodea y sustenta.

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